lunes, 13 de febrero de 2012

Cover de "Amor Líquido"

UNA AFORTUNADA E IMPERATIVA PRÁCTICA DE SÍ EN TIEMPOS LÍQUIDOS

ABSTRACT: Esta pretende ser una reflexión y por qué no una invitación a la práctica de sí; parte de los planteamientos de Michael Foucault, para entender la misma mas allá de una relación saber-poder, y adentrarse en una comprensión que puede abrazar cierto tipo de procurada libertad desde el espíritu. Esta reflexión es reactualizada en nuestros tiempos líquidos, y alimentada por algunos elementos conceptuales de Zygmunt Bauman

Por MARÍA ANGÉLICA ALVAREZ CASTRO

La práctica de sí, del tiempo grecorromano al tiempo líquido
En el mundo grecorromano la práctica de sí, se entendía como el conocimiento de sí, este equivalía a su vez al conocimiento del universo y desembocaba en un inevitable cuidado de sí, que constituía un ethos o modo de ser específico.
Pero ¿a qué refiere el conocerse a sí mismo? En el mundo grecorromano esta noción tiene que ver principalmente con el cuidado del cuerpo y con la adquisición de saberes. Desde este punto de vista, la aparición, muchos siglos después, de las instituciones religiosas, pedagógicas y demás, representa una reducción considerable de la “ autonomía” al determinar el comportamiento que debe tener el cuerpo y el encauzamiento que debe tener la mente. (FOUCAULT:1999:394)
No obstante, queda fuera un aspecto fundamental a la hora de pensar en el cuidado de sí, este es, el papel de la espiritualidad, que no puede entenderse únicamente como “el acceso del sujeto a cierto modo de ser y a las transformaciones que debe hacer en sí mismo para acceder a dicho modo de ser”(FOUCAULT: 1999:408) pues aceptar esto implica creer que hay una acción propia que garantiza el paso a un modo de ser en este caso espiritual, y olvidar que si bien el primer instante de disposición depende en cierto grado del sujeto, el resultado de tal transformación no lo posibilita el mismo, no al menos por su propia fuerza. Se da si en cambio por una fuerza superior a él que alinea su cuerpo, su mente y su espíritu.
Quién es ese sujeto que confía en la autosuficiencia? Un individuo que da por hecho que su realidad es la de un cuerpo dotado de razón, con la capacidad de conducirse a sí mismo sin saber si quiera quién es ese al que procura dirigir.
El sujeto aspira a que el trabajo sobre sí mismo le garantice libertad, se convierta en una práctica de libertad, pero acaso la libertad le saluda cuando cree que su accionar está mediado por eternas relaciones de poder ejercidas entre individuos, en las que siempre alguno debe ganar al dominar y otro debe sujetarse al perder? (FOUCAULT:1999:395). Si partimos de esta premisa , no tiene sentido afirmar que hay tal práctica, pues cómo podría haberla operando el miedo, que me lleva a intentar convencerme y convencer a otros de que solo uno puede salir victorioso.
Esto primero, reduce cualquier sí mismo, a un cuerpo situado en un peligroso tiempo espacio, en el que debe echar mano de cuanto pueda para salvarse del dominio ajeno, lo que es un ejemplo más cercano de esclavitud que no de libertad.
La libertad, para recibir tal nombre, debe tener que ver más bien con una liberación del miedo, de la idea ya insostenible de que el hombre es un cuerpo que se debe dominar, cuidar y salvaguardar de todo “peligro”. Sin embargo, es el miedo justamente, el ejercicio de poder en el que más a gusto nos encontramos, y a causa del cual se vuelven cada vez más frágiles nuestros vínculos humanos. (BAUMAN: 2009:21)
Si todas las relaciones que establecemos con nosotros mismos y con el otro están dictaminadas por el terror que nos produce creer que vamos a ser dañados, que vamos a salir perdiendo en algún momento, no hay otra cosa que hacer que saltar tan pronto como podamos de una ilusión de vida, amor, seguridad, etc. a otra, intentando librarnos el mayor número de veces de un resultado fatal, que nos confirme de que si tenemos motivos suficientes para no confiar ni en nosotros ni en nada fuera de nosotros.
Esta creencia está tan arraigada en nuestro ser, que garantiza una y otra vez el éxito constante de la lógica del consumo, de la inmediatez, de la futilidad de crear lazos duraderos, que en nuestro tiempo líquido, nos hace creer en una dinámica de velocidades, de sumas y restas entre ganancias y pérdidas y en últimas, despacha la oportunidad de un tiempo amable para llevar a cabo un paciente trabajo sobre sí mismo, que luego se convierta en la posibilidad de comunión con el otro, de una comunión ahora si de interioridades. (BAUMAN:2005:51)


El ejercicio constante sobre sí mismo, la práctica de sí, no puede quedarse en el cuidado del cuerpo poniendo todos los cerrojos posibles que impidan el advenimiento de la vida misma, por el contrario este ejercicio se extiende al alma y al espíritu, demanda tiempo, cuidado, valentía, para encontrarse con la realidad de saberse algo mas allá de un entretejido carnoso, para permitir que la vida se encargue de constatar que no es necesario crear más miedo, e inventar enemigos fuera de sí, para confiar y vivenciar el amor no desde la dimensión líquida, si no desde la libertad, solo así dejamos de arrojarnos a nosotros mismos a la desesperanza y de practicar la huída hacia el pasado que proclama la presencia de un asustadizo figurín al que le hacemos decir: no te confíes, la seguridad no existe, te encuentras amenazado a cada instante y en todo tiempo.




Bibliografía

FOUCAULT, Michel Etica, Estética y Hermenéutica vol. III, , Paidos, 1999,págs. 394.

BAUMAN, Michel Amor líquido. Fondo de cultura económico, 2005, págs.21 y sig.

LOS DESAZONES EN LA MUSICA

Abstract: El aprendizaje musical dado en la academia en ocasiones genera confusión y desanimo, en lugar de abrir horizontes y perspectivas claras en los estudiantes.


Por JEREMY AREVALO

En Colombia durante los últimos diez años se abierto una discusión en los centros de enseñanza musical entre profesores, estudiantes y demás estamentos que componen la academia debido, la pedagogía que se debe desarrollar en ámbito musical y por cual tipo de escuela europea regirse en la estructura de programas y conocimientos.

Desafortunadamente nuestro país carece de unidad de criterios metodológicos, pedagógicos y de contenidos en el área de la música; cada academia, instituto, universidad, escuela, centro educativo y aun dentro de un mismo contorno, los profesores forman polémica y contienda dentro de los estudiantes, pero no para enriquecer el saber como estimulo y riqueza del aprendizaje, sino para formar confusión y desconcierto entre los estudiantes. Tristemente los profesores no comparten sus conocimientos entre si; no existe un interés por reconocer el trabajo que otro ha realizado, ni tampoco por acreditar la forma en como se imparte el conocimiento a los estudiantes. Y si en cambio una competencia mal sana, un desmerecimiento por la forma en que ha adquirido el conocimiento y más si no es desde el punto de vista “académico” (1).

Todo este tipo de actitudes desagradables se palpa en un centro que dice ser pedagógico, que debería tener un discurso de tipo nacional y de proyección, a enfocar la música colombiana como insignia de una identidad que logre darle fuerza a una cultura perdida en las confusiones de una sociedad.

Cada uno de los que hemos asumido el reto de estudiar música, nos vemos abocados de hacer todo un rompecabezas y armar pieza por pieza como si fuera un Frankenstein el conocimiento musical; tomando lo bueno y en algunas ocasiones desechando todas aquellas malas palabras que hemos tenido que soportar. El aprendizaje musical dado en la academia en ocasiones genera confusión y desanimo, en lugar de abrir horizontes y perfectivas claras en los estudiantes.

Todo este tipo de situaciones se han presentado, están presentes y continuaran presentándose en el seno de toda academia; sino aprendemos a reconocer y valorar el trabajo y empeño que cada uno hace por enriquecer la práctica y el conocimiento musical dentro de una estructura social.

¿Por que no es tan difícil aplaudir al compañero cuando se esfuerza en interpretar una pieza que le costo cierto grado de dificultad?, ¿por que entre profesores no se incentiva a los estudiantes a reconocer los logros pedagógicos para trasmitir el conocimiento? Y que decir de la manera en como se ridiculiza algún tipo de música que no esta dentro de los cánones establecidos por la academia europea y que no son del agrado de aquellos que aparente han tenido la fortuna de estudiar fuera del país; y que por alguna razón siguen pensando que el bambuco, el pasillo o la guabina no tienen el estatus que si se merecen otro tipo de músicas mas occidentales. Parece tan irrisorio que aun tengamos esta mentalidad de colonizados y “sumergidos en el suburbio de la metrópoli”, pensando que nuestra música colombiana es menos que..., o no tiene la misma calidad de…o carece de…; sabiendo que nuestra música es interpretada ya por muchos maestros reconocidos a nivel mundial y la han colocado al nivel de las grandes orquestas, salas y salones de conciertos en todo el mundo.

Y si en otros países del hemisferio han logrado formar y crear escuelas de música basadas en su cultura y entorno social como el caso de Argentina, Brasil, México, Cuba, Venezuela; que han asumido el reto de hacer escuela con sus propias músicas, sin tener complejos de inferioridad, que asumieron el reto de dejar las diferencias que formaban discordia y divisiones innecesarias; para emprender un camino bastante prometedor en la construcción de todo un conocimiento musical con autonomía, prestigio e identidad. Por que no lograrlo aquí en Colombia, donde existe capacidad técnica, artística, pedagógica y creativa; para formar toda una escuela encaminada a desarrollar verdaderas estructuras de identidad musical y cultural.

Podría ser todo un movimiento que se despierte entre profesores y estudiantes; una nueva generación y con esto no me refiero a un asunto de edad, sino ha un cambio de actitud frente al conocimiento musical; a dejar atrás todo esos resabios que durante décadas han cargado muchos músicos, y que desafortunadamente pareciera ser que lo heredamos en un salón de cases y fuera nuestro lastre que debemos cargar para siempre. Es tomar la decisión de ser parte del cambio y diferentes en la manera de trasmitir el conocimiento, la actitud que tenemos frente a un escenario, la forma en como hablamos ante aquellos que no “conocen” de música y como nos vemos ante aquellos que ven la música como un simple pasatiempo.

Hay mucho por hacer y mucho por resolver y cambiar; las condiciones están dadas para formar todo un entorno diferente en nuestras instituciones que enseñan música y empezar asumir la responsabilidad social, cultural y social de dar toda una revolución en la enseñanza, aprendizaje, metodología y pedagogía musical.

domingo, 12 de febrero de 2012

como nace un paradigma

LA TRADICIÓN CÓMO ARTE EN COLOMBIA Y SU SIGNIFICADO PARA LOS COLOMBIANOS

Abstract
El hombre crece dentro de una cultura cuyas costumbres se ven intervenidas por la modernidad, más sin embargo sus raíces son necesarias para identificarse culturalmente en la historia, y dar sentido a su existencia. Un país como Colombia, tan culturalmente representado por el arte ante otros países, parece perder la importancia de sus costumbres, al punto en que su interés por preservarla es mayor en países extrageron que en el propio.

Por Norma Natalia Quijano Huertas

El hombre nace bajo un grupo de individuos determinados por costumbres, normas, rituales, etc, que lo diferencia frente a otros grupos y le dan una identidad cultural, que a medida en que las épocas se modernizan, esas costumbres van cambiando a nuevos estilos, seguidos de ideales de felicidad y progreso, más aún siempre están vigentes, preceptos de valores morales y virtudes que hacen del hombre un sujeto que debe cuidar de sí mismo, cómo un arte, de acuerdo con Foucault, citado por Cubides, H. (2006). Finalmente, el hombre siempre busca, necesariamente, identificarse culturalmente en la historia como lo menciona Meirieu, (1998). Es entonces donde surge la pregunta, sobre si en Colombia estas costumbres tienen la importancia que merecen y sus ciudadanos se encuentran artísticamente, identificados con ellas.
Dentro de una cultura el hombre está sometido bajo una serie de costumbre, rituales, formas de pensar y experiencias espirituales, que construyen su identidad dentro de una comunidad, es así que el bambuco es un baile tradicional propio del colombiano, más específicamente del cauca. Según Meirieu, (1998), el niño “No puede construirse así mismo mentalmente al margen de las reclamaciones de su entorno: es ese entorno el que, en muy gran medida lo construye.” De tal manera, cada sujeto vive bajo una identidad edificada dentro de su cultura, tan importante para su historia, que todo sujeto siempre está en la búsqueda de conocer su origen y procedencia, de tal manera y así como lo menciona Meirieu, (1998), “<<¿De quién soy hijo o hija?>>, se pregunta siempre el niño. <<¿De quién soy realmente hijo o hija?>>, es, a veces el interrogante del adolescente…”.
Más allá de lo aprendido en la cultura, el hombre también se ve involucrado en las prácticas de la sociedad, que también determina su participación en el mundo, es así como a través del tiempo las costumbres de las sociedades presentan cambios, de acuerdo a las nuevas tendencias y condiciones de vida, como en un tiempo la higiene tomó importancia en una forma de vida adecuada, como refiere Monlau, P. 1853, (citado por Pedraza, Z. 1999) en sus concepto sobre la higiene definiéndola como “un arte para conservar la salud, y vivir sano, contento y alegre por largos años.” Igualmente “la higiene abarca cada uno de los aspectos de la vida humana, sus preceptos <Es así como esta época se rige por la exigencia sobre la higiene en hombres y mujeres, para determinar lo adecuado y provechoso en beneficio de todos y cada uno. Pues “solamente quien goza de salud está en capacidad de disfrutar los privilegios de la vida: ese ser inferior que es el enfermo está incapacitado para la felicidad: la salud es, en suma, también un valor moral” (Muñoz, 1934, citado por Pedraza, Z. 1999). Puede verse de qué manera se induce a la persona a seguir las tendencias de la época, para entrar en el grupo de los “privilegiados” o en su defecto “incapacitados”. Más sin embargo, el hombre siempre está, no solo a la vanguardia de la época, sino en la búsqueda de respuestas a lo que determina su existencia.
Entonces, se piensa, ya no en las costumbres culturales que cambian en el tiempo como forma de buscar tendencias modernas, movidas por el consumismo, la innovación, la industria, la ciencia y la tecnología, sino en aquellas que deben estar siempre presentes en una sociedad para que funcione justa y correctamente, en donde la moral, las virtudes están vigentes, de acuerdo con Cubides, H. (2006):
“Foucault retoma justamente estos mismo cuatro 4 aspectos de la reflexión filosófica que se han conservado a los largo del tiempo configurando ámbitos específicos de análisis sobre la manera como el individuo se constituye así mismo como un sujeto moral de sus propias acciones: 1. La determinación de la sustancia ética, es decir, aquello que es la materia principal del juicio y conducta ética (ontología); 2. El modo de sujeción, esto es la manera como se incita o invita a la gente a dar cuenta de sus obligaciones morales, estableciendo determinada relación con la regla (deontología); 3. Las formas de elaboración o trabajo ético que hacemos sobre nosotros mismos, o los medios como cambiamos para convertirnos en sujetos éticos (ascética); 4. La clase de ser al cual aspiramos cuando nos comportamos de manera moral (teleología).
De lo anterior, puede tomarse que el sujeto como individuo que pertenece a un grupo, sociedad, etc, debe cumplir una serie de atributos que llevarán a la cultura o grupo a mejorar y desempeñarse como seres éticos de una comunidad.
Sin embargo, para Foucault, 1986 (citado por Cubides, H., 2006), también es relevante el cuidado de sí mismo, como sujeto, pues a través de la historia lo ha considera como un precepto del arte, menciona Cubides, (2006), “Esta técnica o “practica de si” adquirió en la época clásica la forma de un arte de sí relativamente independiente de cualquier legislación moral: por otra parte, el arte de vivir, que fundamentado en el precepto de cuidado de sí representa ciertos valores estéticos y responde a ciertos criterios de estilo…”
Más sin embargo, estas condiciones que debe tener el sujeto en la sociedad y consigo mismo, no dejan de estar influenciadas necesariamente por las costumbres de su cultura, pues fue educado bajo dichos preceptos, en donde la educación no solo busca el desarrollo intelectual de la persona, sino de construir valores espirituales, personales y sociales, de ahí que refiera Meirieu, (1998) que, “Educar no es solo desarrollar una inteligencia formal capaz de resolver problemas de gestión de la vida cotidiana o de encararse a dificultades de orden matemático. Educar es, también, desarrollar una inteligencia histórica capaz de discernir en que herencias culturales se está inscrito.”
Por lo anterior, cabe mencionar la tradición de nuestra cultura Colombiana, más aún refiriendo al artista como lo más representativo de nuestras costumbres, pues en Colombia se goza de una diversidad cultural, en donde cada región presenta su historia y costumbres, bajo rituales centrados en los bailes tradicionales, comidas exóticas, trajes y vestidos tradicionales, entre otros, uno de los bailes tradicionales es el Bambuco que para Miñana, 1997, (citada por Santamaría, C., 2007) “es un género musical tradicional, trasmitido primordialmente de forma oral…”, “pero que probablemente tuvo su origen en los ensambles de vientos y percusión, formados por indígenas y negros en la vieja provincia sureña del Gran Cauca”, y así cada baile tiene su historia conservando el valor cada época, en lo que nuestros antepasados vivieron y nos dieron hoy en día identidad cultural hacia otros países.
En la actualidad nuestras costumbres Colombianas perdieron su sentido, ya vemos pocos bailes tradicionales en nuestras instituciones educativas, más bien fueron reemplazadas por los bailes modernos del multiculturalismo, buscando un nuevo género, más importante por el ritmo que por su sentido de marcar historia, perdiendo lo que nos hace colombianos. En donde nuestras tradiciones culturales tienen mayor valor, en países extranjeros.
Finalmente, podemos ver que hay una necesidad urgente de rescatar nuestra cultura ante nosotros mismos, valorando más nuestras raíces y nuestra historia plasmada en el arte colombiano, generando a otros, igualmente, una conciencia colectiva por valorar nuestra historia y crear sentido de propiedad.












Referencias

CUBIDES, HUMBERTO. (2006). Ética del cuidado de sí. Siglo del Hombre Editores. Universidad Central IESCO. 2006
MEIRIEU, P. (1998). FRANKENSTEIN EDUCADOR. Ed. Laertes S.A.
PEDRAZA, SANDRA. (1999). En Cuerpo y Alma. Visiones del Progreso y de la Felicidad. CORCAS. Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia.
SANTAMARIA, C. (2007). El Bambuco, los Saberes Mestizos y la Academia: Un Análisis Histórico de la Persistencia de la Colonialidad en los Estudios Músicales Latinoamericanos. Revista de Música Latinoamericana. Vol. 20 No. 1. pp 1-23

Arte del siglo XXI, lo que pensamos y lo que nos promueve

Por CARLOS MANOSALVA

Cualquiera de nosotros puede deducir que el arte es una forma de expresión, o mejor, un medio de expresión que se manifiesta mediante géneros como la danza, la música, la pintura, la escultura, el cine, entre otras. Pero existe un interrogante que más de uno nos hacemos. ¿Qué significa el arte en el mundo actual? Tal vez el medio por el cual se nos mueve a realizar una sola cosa: consumir. Muchos ejemplos se dan a través de los medios masivos de comunicación, encargados de emitir sonidos e imágenes con el fin de invitarnos a algo concreto, dejarnos una enseñanza al mismo tiempo que educarnos. Sin embargo, la sociedad nos ha impuesto una nueva moda, que consiste en vendernos todo a través de productos que se han globalizado con el paso de los años. Es así como podemos definir arte del siglo XXI como, medio por el cual somos capaces de promover e invitar a la masa a ser parte de un mundo donde se consume y se vive una vida a plenitud, dejando de lado lo que la realidad nos invita verdaderamente a analizar y difundir, que sería en este caso, las manifestaciones culturales como medios de formación social, ética y moral. La cultura, conjunto de manifestaciones que se diferencian unas de otras, por sus costumbres, expresiones y creencias, es lo que verdaderamente importa rescatar debido a los factores ya mencionados, que nos dominan e impiden enriquecer nuestro conocimiento de dichas manifestaciones. La sociedad de consumo, la encargada de vendernos un mundo diferente, donde no existe cabida a problemas ni factores negativos, o mejor, colectivo de factores que buscan por medio de las imágenes, los actos, parlamentos y distintas señales lingüísticas promover, difundir y divulgar un mundo color de rosa que en pocas palabras, adormece la mente ante cosas realmente importantes, como las situaciones vulnerables en las cuales muchos grupos étnicos se encuentran sumergidos, todo porque la guerra y las opresiones de los entes gubernamentales y demás grupos estatales así nos mantienen. Vivimos un mundo fantástico, un mundo de cuentos de hadas, donde muchos vivimos como príncipes y si se quiere como reyes, pues no nos falta nada, nos sobra mucho, nos brota la felicidad a flor de piel. Sin embargo, no vemos la verdadera esencia de la felicidad que es la paz entre naciones por ejemplo, los países regidos por un buen gobierno que no desampara a su pueblo, la igualdad y el respeto por el otro.
El arte, en pocas palabras, hace parte de lo que podríamos llamar evolucionismo, pues ya no se manifiesta como una expresión, sino que además, está entrando en el mundo de los negocios, productos y servicios. Es más o menos lo que está ocurriendo con la educación, sobre todo en nuestro continente. La educación del siglo pasado, promovía mucho más el arte y la cultura. Los estudiantes salían con grandes saberes históricos acerca de los pueblos aborígenes que nos antecedieron, las distintas regiones, cuyo contenido era por ejemplo, culturas, gastronomía y danzas folclóricas características de cada uno de ellos. Hoy, se conoce más de economía, negocios, cibernética, redes, formación empresarial, idiomas, cultura y arte internacional, historia a nivel mundial. Los medios, sea radio, televisión, prensa, internet y afines, se han encargado de vendernos una idea acerca de nuestra historia nacional, antecedentes políticos, económicos y sociales, solo que a medias. Una verdad rebuscada. Lo que podrían narrar con toda la verdad y sin perderse ningún detalle importante, nuestros abuelos. Tan es así, que hoy, como lo afirmábamos anteriormente, el respeto por las personas en situación de vulnerabilidad, se ha dejado a un lado. El amor por los ancianos se ha perdido, condenados a vivir en un asilo por sus propios hijos y muchas veces sus propios nietos, porque los medios lo han transformado todo. Hasta la comunicación entre personas, que también en su momento fue considerado un arte, se ha perdido, se ha vilmente desplazado por las nuevas tendencias tecnológicas que nos brindan de todo, menos formación en valores. Y sin embargo, todo, por medio de la tecnología, podría considerarse como arte. La capacidad del hombre para crear y difundir su pensamiento con el fin de vendernos una idea que impulsa las multitudes a consumir, consumir y finalmente a consumir, definiendo esto como un nuevo rumbo de lo que sabemos, es el conocimiento. Conocimiento de nuevas culturas, nuevos saberes, nuevas costumbres y hábitos, dejando atrás el amor por lo propio, el sentido de pertenencia. Es el caso de una expresión como la música, donde todos conocemos gran variedad de géneros que cubren el mundo entero. El caso de Colombia, país rico en géneros musicales, originarios de distintas regiones a lo largo y ancho de nuestra geografía. Bambucos, guabinas, pasillos, porros, cumbias, entre otros, que nos permiten realizar un maravilloso viaje por nuestros paisajes, exquisitos platos típicos, fiestas, atractivos turísticos, Etc. Si hablamos de un una forma de expresión como la música de nuestro folclore colombiano, este ya no se oye, o por lo menos no es tan favorito a nivel nacional como a nivel mundial. Este país exporta música a todos los rincones del mundo, especialmente países de habla hispana y algunas regiones europeas donde nuestra música es acogida con todos los honores. Aquí se perdió el sentido de la identidad, pues este emigró al extranjero. A cambio, el género extranjero es importado hacia acá y está más acogido que lo nuestro propio lamentablemente. Este último pensamiento lo podemos apreciar si leemos el libro “el bambuco y los Saberes Mestizos” de la escritora colombiana Carolina Santamaría, donde en realidad se habla de la expresión musical como un medio de promoción cultural y artística que se extiende por el mundo, pero en nuestra tierra es olvidada totalmente. Ahí es donde se recure al viejo adagio “nadie es profeta en su tierra”.
Es una realidad lamentable, pero ¿por qué? Porque son los medios y la publicidad los dominantes, los que han sido cómplices de la globalización y la extensión, los que nos muestran las innovaciones y los que en realidad nos impiden sentirnos orgullosos y amar lo nuestro. Así es el arte, un medio que promueve la globalización, más que arte se convierte en el ocio y el opio del pueblo, no existe identidad por lo propio y se llegaría a pensar que la actualidad evolutiva es tan poderosa, que hasta podemos experimentar cuán avergonzados nos podríamos sentir de lo nuestro, por el simple hecho de que el arte y los medios nos venden una mejor idea, que nos invita a aparentar felicidad y gozo cuando en realidad no lo hay.

Las escuelas matan la creatividad HQ 1/2: Ken Robinson en TED 2006

Modernidad Líquida y fragilidad Humana

Resumen Ver http://www.blogger.com/img/blank.gif
La modernidad líquida –como categoría sociológica– es una figura del cambio y de la transitoriedad, de la desregulación y liberalización de los mercados. La metáfora de la liquidez –propuesta por Bauman– intenta también dar cuenta de la precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada, marcada por el carácter transitorio y volátil de sus relaciones.
El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, se reduce al vínculo sin rostro que ofrece la Web. Surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible, es la decadencia del Estado del bienestar.
La modernidad líquida es un tiempo sin certezas, donde los hombres que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres asumiendo los miedos y angustias existenciales que tal libertad comporta; la cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro.

Lee artículo completo en:

http://www.observacionesfilosoficas.net/zygmuntbauman.html

Las escuelas matan la creatividad HQ 2/2: Ken Robinson en TED 2006

EL ARTE DEL AMOR

Encontrar el amor en lo que se hace y no renunciar a ello

Abstract: Este texto trata acerca de amor hacia sí mismo y hacia la práctica de la vocación como arte, en relación con una vida plena fortalecida por el trabajo en sí mismo y el placer de hacer lo que se ama.

Por FRANCISCO JAVIER MARTÍNEZ BERMÚDEZ

Un guerrero no renuncia a aquello que ama, encuentra el amor en lo que hace. A un guerrero no le importa la perfección, o la victoria, o la invulnerabilidad; le importa la vulnerabilidad absoluta, ese es el verdadero coraje.
Peaceful Warrior – Víctor Salva

El corazón, la parte olvidada del mundo de hoy, debe surgir para decir su parte del guión, aquella parte que cada día grita y no es escuchada por tanto ruido de la mente. Un ser humano que no se ama no puede dar amor, un ser humano que no ama lo que hace no puede hacerlo en grande, un mundo que no da la posibilidad del amor no es un mundo en el que valga la pena vivir. Para que dicho mundo pueda ser construido se hace necesario que a cada ser se le brinde la posibilidad de cuidar de sí, de conocerse y encontrar el verdadero yo descontaminándolo y liberándolo de tanta carga para que su creatividad aflore. De este modo “el yo se revela poco a poco como un fin suficiente y ya no constituye una bisagra, no es el elemento de transición hacia otra cosa como la ciudad y los otros, sino la meta definitiva y última de la inquietud de sí”. (CUBIDES, 2006) Y por supuesto que esto tiene una repercusión en la ciudad y en los otros pero solamente después de haberle dado la más grande dicha al individuo primero.
El yo es el primer fin porque es dentro de cada uno donde se encuentra la respuesta a lo que se ama, sólo buscando dentro se encuentran las barreras que impiden llegar a ese amor y apropiarse de él directamente, para luego sí poder entregarlo a los demás, convertirlo en obra de vida y obra de arte. Primero hay que liberarse de los limitantes, encontrar el camino hacia una auténtica actividad autoformadora de cada uno como sujeto. Para ello pueden aplicarse ciertos ejercicios o prácticas llamadas “practicas de sí”, “artes de la existencia” o “tecnologías del yo” que consisten en “la serie de acciones que uno ejerce sobre sí mismo, […] por las cuales se hace cargo de sí mismo, se modifica, se purifica, se transforma y transfigura” (CUBIDES, 2006). Pero más que un proceso de cambio es un proceso de limpieza, de quitar lo que estorba para encontrar muy dentro lo que verdaderamente importa: el Yo que espera tras capas y capas de basura, de vicios, miedos, ansia de consumo, represión, pereza, mediocridad, ira, resentimiento, tristeza, ambición, falsedad, etc,. Por ello hay maestros a lo largo de la vida que son y serán recordados, profesores de colegio, de universidad, familiares o amigos que sirven o sirvieron como ejemplo al demostrar que cuando se ama lo que se hace se muestra el arte oculto tras cualquier “disciplina” u oficio, al demostrar que la única disciplina válida es la que nos es impuesta no por un sistema sino por la voz que grita en lo profundo del corazón.
Los ejercicios para la epimeleia heatou (inquietud de sí, cuidado de sí en griego) deben apuntar a la consciencia, valiéndose de la mente, el cuerpo y la emoción para lograrlo y deben hacerse de acuerdo a cada persona en particular, ya que a diferentes personas funcionan diferentes ejercicios. Su importancia reside en que sirvan para limpiar, abrir los ojos a aquel que los hace, abrir sobre todo los ojos de su corazón, que ya no veía los árboles, ni las aves, ni el cielo o que en todo caso no veía lo divino que hay en todo ello; y tampoco, claro está, veía cómo muchos habían logrado ya vendar esos ojos peligrosos por su libertad natural, por su inocencia y sabiduría innatas. El enfoque que aquí se da a los ejercicios del cuidado de sí apunta hacia la meditación, lejos de la represión de los instintos y de su exceso, tienen el fin de escuchar la voz del cuerpo y la consciencia del corazón con la mente silenciosa como piloto. “El conocimiento de uno mismo resulta central: es la verdad de lo que uno es, de lo que uno hace y de lo que es capaz de lograr”, “La inquietud de sí en este contexto dará acceso a la verdad del sujeto y a la verdad en general; lo que permitirá, finalmente, reconocer aquello que puede existir de divino en cada quien” (CUBIDES, 2006).
Pero ahora, ya parados en el mundo de hoy, ¿es posible una educación que brinde tal posibilidad liberadora, posibilidad que además implique el florecimiento de la creatividad? Como en el amor, solamente puede darse si se tiene primero; solamente seres que se han encontrado a sí mismos, que han encontrado su vocación, el amor por lo que hacen y que por tanto han hecho florecer su capacidad creadora pueden brindar aquello a sus estudiantes, sólo esos son los grandes maestros, los que hacen vibrar cada fibra de los demás al recordarles que sí hay un sentido último en este aparente sinsentido de la vida y al contagiarlos de pasión y ayudarles a encontrar lo que aman.
Rudos son los mastines que vigilan el tesoro de luz que reside en el Amor. Guardianes de la falsedad creados dentro y fuera desde el día en que la inocencia del niño interno fue enterrada viva sin lograr matarla, pero haciendo que parezca que así fue… lo cual es peor.

Además de temer la muerte por decir que la tierra es redonda o cualquier otra verdad, se teme un mal menos directo y más silencioso que “abandona el dominio de la percepción casi cotidiana, para entrar en la conciencia abstracta; se pide su eficacia a su fatalidad, no a su intensidad visible; es la certidumbre de ser castigado y no ya el teatro abominable” (FOUCAULT, 1975). Es la represión de un mundo cada vez más pútrido, desangrado y contaminado, mundo corrompido y viciado, mundo de tesoros profanados con el nombre de “recursos”, mundo asesino y egoísta que parece no tener un freno. Su peso es abrumador y hace pensar que de él no hay salida, pero es un mundo que no tiene nada que hacer frente a seres despiertos y amorosos, apasionados y vehementemente vivos.
“Un ejército entero de técnicos han venido a relevar al verdugo, anatomista inmediato del sufrimiento: los vigilantes, los médicos, los capellanes, los psiquiatras, los psicólogos, los educadores” (FOUCAULT, 1975), por esta razón, porque el mundo de hoy está pensado para que todos sean su propio verdugo es que se requiere de un mayor ejercicio de auto consciencia y amor, personas que hacen lo que aman y no máquinas que mueren en vida es lo que es necesario y para ello un gran esfuerzo debe ser hecho, toda una transformación interna y externa.
Y es que “casi nada se parece tanto a la muerte como el amor realizado” (BAUMAN, 2005) porque otorga todo y retira cualquier asidero, porque enseña que la vida tiene sentido precisamente porque no lo tiene y que hacer lo que se ama implica hacerlo porque sí, por el amor mismo, por pura abundancia; por la misma razón por la que sale el sol cada día, regalando infinidad de colores, aromas y sonidos de vida. Es cuestión de prepararse a no esperar, vivir el aquí y ahora porque “cuando llegue el momento, el amor y la muerte caerán sobre nosotros, a pesar de que no tenemos ni un indicio de cuándo llegará ese momento. Sea cuando fuere nos tomarán desprevenidos […] La naturaleza del amor implica ser un rehén del destino” (BAUMAN, 2005) Encontrar el amor implica la realización de una doble paradoja: hacer algo por abrir los ojos y resignarse a la nada que es el todo; fuerza misteriosa que trae consigo el amor, la dicha, la vida y la muerte. El amor no es la seguridad, no es la victoria, pero es la vida, que siempre está al borde de la muerte; “Disuelve su pasado a medida que avanza, no deja tras de sí trincheras fortificadas a las que podría replegarse para buscar refugio en casos de necesidad. Y no sabe qué te espera ni qué puede depararle el futuro […] El amor es un préstamo hipotecario a cuenta de un futuro incierto e inescrutable. El amor puede ser –y suele ser- tan aterrador como la muerte.” (BAUMAN, 2005) Pero son esas cosas “sin ningún sentido” por las que vale la pena luchar, son ellas las que nos hacen despertar cada mañana, las más pequeñas, las más grandiosas. No se debe renunciar al amor ni a la vida se debe hacer lo que se ama.
Bibliografía
BAUMAN, Z. (2005). Amor Líquido. Madrid: Fondo de Cultura Económica.
CUBIDES, H. (2006). FOUCAULT Y EL SUJETO POLÍTICO. ÉTICA DEL CUIDADO DE SÍ. Bogotá DC: Siglo del hombre.
FOUCAULT, M. (1975). Vigilar y Castigar. Buenos Aires: Siglo Ventiuno.

Del Capitán Copyright




Estimados y estimadas estudiantes

Les envío un saludo cordial. Espero podamos reunirnos en la mañana del lunes 13 de febrero de 2012 como lo acordamos anteriormente. Muchos de los trabajos aquí presentados tienen muy buenas intuiciones, aunque no muchos cumplen los acuerdos metodológicos mínimos y especialmente, no conducen a ninguna enunciación firme o medianamente bien desarrollada.

Aún así, fue un ejercicio destacado...para muchos de ustedes, el primero de los esfuerzos para organizar el pensamiento y generar conocimiento: labores básicas de todo educador.

Procuren revisar sino todos, la mayoría de los videos compartidos aquí. Un saludo cordial.

Para mi ha sido también este un esfuerzo esclarecedor y un reto importante. La gran mayoría de los enunciados procedentes de estos autores revisados (Bauman, Foucault, Pedraza) son unas verdades irrefutables. Para mal de nosotros mismos y de nuestras sociedades. ¿Qué hacer? Como lo señalan Negri y Hardt... apelar al arte como salvación del ser.

Qué bueno que también se respetaron acuerdos mínimos del Capitán Copyright.

EL ARTE COMO CONSTRUCCIÓN DEL ARTISTA

ABSTRACT: Fundamentalmente el arte en el siglo XXI, es una transformación del ser, una manera en que el artista se construye cada vez que realiza una obra. Lo que lleva a cuestionarse el papel de las reglas establecidas y el valor que tiene romperlas para entender el mundo que nos rodea. En este punto, la enseñanza del arte se vuelve complicada, está en el profesor incentivar la creación de nuevos estilos, pensando no en lo que dice el exterior, sino como el artista refleja en sus obras lo que ve y siente del exterior.

Por LAURA MARCELA GARCÍA CORTÉS

Ha habido muchas maneras de ver el arte con el paso de los siglos que llevan consigo muchas reglas y estilos, pero parte fundamental para el siglo XXI es romper con lo ya establecido y dar al mundo nuevas visiones del mundo, ya que de eso se trata, poder ver el mundo a través de los ojos del artista con sus obras. El arte se toma como un proceso donde el artista busca “elaborarse, transformarse y acceder a cierto modo de ser”.
Para un artista, realizar obras, cualquiera que sea su disciplina sea música, pintura o la actuación, debe sentirse como un momento liberador, donde éste se encuentra consigo mismo, y tiene momentos de reflexión para valorarse y valorar el mundo que lo rodea. Casi debe ser una limpieza interior asociado con lo que dice Zandra Pedraza “La limpieza consiste en separar o quitar sin tardanza de nuestro cuerpo, de nuestras habitaciones, muebles, enseres, vestidos y ropas, el polvo, las manchas, las inmundicias, y en general, todo cuanto deslustra, afea o deteriora dichos objetos” , donde saca todo lo que puede abrumarlo (incluso todo lo que en ese momento está abrumándolo), para transfórmalo en una obra.
Dicho lo anterior, la enseñanza del arte se convierte en un gran reto, siempre lo ha sido pero notablemente lo es más ahora, porque antes se seguían unas reglas según la época en la que se vivía y si se hacía algo diferente, el autor de las obras era puesto en vergüenza y en ocasiones hasta se le trataba de endemoniado u otros adjetivos que desaprobaban su trabajo y se recibía un fuerte rechazo en la sociedad. Hoy en día, aunque también hay rechazo para algunos estilos artísticos, se está en una sociedad más libre, por tanto el regirse a normas está pasado de “moda”, entonces, ¿Cómo enseñar arte en éste siglo? No se puede poner todo escrito, por lo menos en el caso de la música, como dice Carolina Santamaria “la música es un arte performativo, que se nutre de las transmisión oral maestro-alumno” , entonces está en el profesor incentivar la creación en los estudiantes, sin ningún tipo de reglas, que sea el artista el que se las planteé, no el exterior.
Si bien es cierto, que para crear hay que haber conocido el trabajo de otros artistas representativos de muchas épocas, así como haber imitado sus estilos, en el siglo XXI, se busca crear estilos propios, ya sea tomando ideas de varios artistas o creándolas, se trata de “mostrar cómo el individuo se construye a sí mismo” , se trata de un descubrimiento de la persona en cada obra, porque empieza a entender el mundo que lo rodea de una manera diferente.
Cada vez que el artista realiza una obra, y se siente satisfecho o satisfecha de lo que hace, ya ésta esté terminada o no, adquiera la experiencia de saber cómo hacer o no sus siguientes obras, cosa que no pasa cuando ve a otros hacerlas; “La experiencia de otras personas no puede aprenderse verdaderamente (…) La experiencia ajena sólo puede verse como una historia procesada, interpretada según los otros vivieron” , el profesor debe hacer que el alumno empiece a enamorarse de lo que hace, pero en este siglo, seguir normas no puede llegar a funcionar en todos los casos, y al hacer cosas nuevas se aprende mucho más. En realidad, los artistas deben ser críticos de su arte, no sólo el de otros, cuando realiza obras no se trata únicamente de buscar la perfección de sus obras, se trata de no estar “verdadera y plenamente seguro de lo que debe hacer” , ya que la duda también es un gran compañero en la realización de obras, lo que no quiere decir que la obra no tenga un objetivo; en otras palabras, el artista debe saber hacia qué está dirigida su obra, ya sea criticar o adornar, etc, la duda que debe existir es, si hace bien su trabajo o qué métodos metafóricos o tácitos va a usar para llegar a que el público entienda su obra (no sirve de mucho que sólo la entienda el que la hace), pero es muy cierto el decir que “toda creación ignora siempre cual será su producto final” .
Muchos artistas se han dado a conocer gracias a la creación de obras por encargo, en el caso de la música se dio mucho esta situación, lo que quiere decir que el artista no está exento a ser obligado a realizar su labor. No todos van a estar dispuestos, porque el dominio hace que la obra no sea reflejo de quien la hace, sino que sea una visión del artista a través de los ojos de quien manda, cuestión que podría tergiversar el significado del arte y del artista en sí, volviendo acá al tema de la experiencia.
Es por esto que, el arte en el siglo XXI es el conocimiento del artista a través de sus obras, es decir, que cada obra es un momento más de exploración de su ser; en el momento en que el artista hace lo mismo una y otra vez se conoce totalmente o a dejado de un lado su estado de reflexión. Romper las reglas, salir de los parámetros establecidos, es parte fundamental, porque demuestra al individuo como “ser soberano de sí mismo” , y también, así como el exterior aunque hace parte de la obra, no debe dejar de ninguna manera éste lo domine, el autor es el único dueño de su creación, por tanto sus ojos deben verse reflejados en su obra no los de nadie más.

Zygmunt Bauman: la crítica como llamado al cambio

¿CÓMO SE VE A LOS ARTISTAS EN EL SIGLO XXI?

LA TRADICIÓN CÓMO ARTE EN COLOMBIA Y SU SIGNIFICADO PARA LOS COLOMBIANOS

Abstract: El hombre crece dentro de una cultura cuyas costumbres se ven intervenidas por la modernidad, más sin embargo sus raíces son necesarias para identificarse culturalmente en la historia, y dar sentido a su existencia. Un país como Colombia, tan culturalmente representado por el arte ante otros países, parece perder la importancia de sus costumbres, al punto en que su interés por preservarla es mayor en países extrageron que en el propio.

Por NORMA NATALIA QUIJANO HUERTAS

El hombre nace bajo un grupo de individuos determinados por costumbres, normas, rituales, etc, que lo diferencia frente a otros grupos y le dan una identidad cultural, que a medida en que las épocas se modernizan, esas costumbres van cambiando a nuevos estilos, seguidos de ideales de felicidad y progreso, más aún siempre están vigentes, preceptos de valores morales y virtudes que hacen del hombre un sujeto que debe cuidar de sí mismo, cómo un arte, de acuerdo con Foucault, citado por Cubides, H. (2006). Finalmente, el hombre siempre busca, necesariamente, identificarse culturalmente en la historia como lo menciona Meirieu, (1998). Es entonces donde surge la pregunta, sobre si en Colombia estas costumbres tienen la importancia que merecen y sus ciudadanos se encuentran artísticamente, identificados con ellas.
Dentro de una cultura el hombre está sometido bajo una serie de costumbre, rituales, formas de pensar y experiencias espirituales, que construyen su identidad dentro de una comunidad, es así que el bambuco es un baile tradicional propio del colombiano, más específicamente del cauca. Según Meirieu, (1998), el niño “No puede construirse así mismo mentalmente al margen de las reclamaciones de su entorno: es ese entorno el que, en muy gran medida lo construye.” De tal manera, cada sujeto vive bajo una identidad edificada dentro de su cultura, tan importante para su historia, que todo sujeto siempre está en la búsqueda de conocer su origen y procedencia, de tal manera y así como lo menciona Meirieu, (1998), “<<¿De quién soy hijo o hija?>>, se pregunta siempre el niño. <<¿De quién soy realmente hijo o hija?>>, es, a veces el interrogante del adolescente…”.
Más allá de lo aprendido en la cultura, el hombre también se ve involucrado en las prácticas de la sociedad, que también determina su participación en el mundo, es así como a través del tiempo las costumbres de las sociedades presentan cambios, de acuerdo a las nuevas tendencias y condiciones de vida, como en un tiempo la higiene tomó importancia en una forma de vida adecuada, como refiere Monlau, P. 1853, (citado por Pedraza, Z. 1999) en sus concepto sobre la higiene definiéndola como “un arte para conservar la salud, y vivir sano, contento y alegre por largos años.” Igualmente “la higiene abarca cada uno de los aspectos de la vida humana, sus preceptos <Es así como esta época se rige por la exigencia sobre la higiene en hombres y mujeres, para determinar lo adecuado y provechoso en beneficio de todos y cada uno. Pues “solamente quien goza de salud está en capacidad de disfrutar los privilegios de la vida: ese ser inferior que es el enfermo está incapacitado para la felicidad: la salud es, en suma, también un valor moral” (Muñoz, 1934, citado por Pedraza, Z. 1999). Puede verse de qué manera se induce a la persona a seguir las tendencias de la época, para entrar en el grupo de los “privilegiados” o en su defecto “incapacitados”. Más sin embargo, el hombre siempre está, no solo a la vanguardia de la época, sino en la búsqueda de respuestas a lo que determina su existencia.
Entonces, se piensa, ya no en las costumbres culturales que cambian en el tiempo como forma de buscar tendencias modernas, movidas por el consumismo, la innovación, la industria, la ciencia y la tecnología, sino en aquellas que deben estar siempre presentes en una sociedad para que funcione justa y correctamente, en donde la moral, las virtudes están vigentes, de acuerdo con Cubides, H. (2006):
“Foucault retoma justamente estos mismo cuatro 4 aspectos de la reflexión filosófica que se han conservado a los largo del tiempo configurando ámbitos específicos de análisis sobre la manera como el individuo se constituye así mismo como un sujeto moral de sus propias acciones: 1. La determinación de la sustancia ética, es decir, aquello que es la materia principal del juicio y conducta ética (ontología); 2. El modo de sujeción, esto es la manera como se incita o invita a la gente a dar cuenta de sus obligaciones morales, estableciendo determinada relación con la regla (deontología); 3. Las formas de elaboración o trabajo ético que hacemos sobre nosotros mismos, o los medios como cambiamos para convertirnos en sujetos éticos (ascética); 4. La clase de ser al cual aspiramos cuando nos comportamos de manera moral (teleología).
De lo anterior, puede tomarse que el sujeto como individuo que pertenece a un grupo, sociedad, etc, debe cumplir una serie de atributos que llevarán a la cultura o grupo a mejorar y desempeñarse como seres éticos de una comunidad.
Sin embargo, para Foucault, 1986 (citado por Cubides, H., 2006), también es relevante el cuidado de sí mismo, como sujeto, pues a través de la historia lo ha considera como un precepto del arte, menciona Cubides, (2006), “Esta técnica o “practica de si” adquirió en la época clásica la forma de un arte de sí relativamente independiente de cualquier legislación moral: por otra parte, el arte de vivir, que fundamentado en el precepto de cuidado de sí representa ciertos valores estéticos y responde a ciertos criterios de estilo…”
Más sin embargo, estas condiciones que debe tener el sujeto en la sociedad y consigo mismo, no dejan de estar influenciadas necesariamente por las costumbres de su cultura, pues fue educado bajo dichos preceptos, en donde la educación no solo busca el desarrollo intelectual de la persona, sino de construir valores espirituales, personales y sociales, de ahí que refiera Meirieu, (1998) que, “Educar no es solo desarrollar una inteligencia formal capaz de resolver problemas de gestión de la vida cotidiana o de encararse a dificultades de orden matemático. Educar es, también, desarrollar una inteligencia histórica capaz de discernir en que herencias culturales se está inscrito.”
Por lo anterior, cabe mencionar la tradición de nuestra cultura Colombiana, más aún refiriendo al artista como lo más representativo de nuestras costumbres, pues en Colombia se goza de una diversidad cultural, en donde cada región presenta su historia y costumbres, bajo rituales centrados en los bailes tradicionales, comidas exóticas, trajes y vestidos tradicionales, entre otros, uno de los bailes tradicionales es el Bambuco que para Miñana, 1997, (citada por Santamaría, C., 2007) “es un género musical tradicional, trasmitido primordialmente de forma oral…”, “pero que probablemente tuvo su origen en los ensambles de vientos y percusión, formados por indígenas y negros en la vieja provincia sureña del Gran Cauca”, y así cada baile tiene su historia conservando el valor cada época, en lo que nuestros antepasados vivieron y nos dieron hoy en día identidad cultural hacia otros países.
En la actualidad nuestras costumbres Colombianas perdieron su sentido, ya vemos pocos bailes tradicionales en nuestras instituciones educativas, más bien fueron reemplazadas por los bailes modernos del multiculturalismo, buscando un nuevo género, más importante por el ritmo que por su sentido de marcar historia, perdiendo lo que nos hace colombianos. En donde nuestras tradiciones culturales tienen mayor valor, en países extranjeros.
Finalmente, podemos ver que hay una necesidad urgente de rescatar nuestra cultura ante nosotros mismos, valorando más nuestras raíces y nuestra historia plasmada en el arte colombiano, generando a otros, igualmente, una conciencia colectiva por valorar nuestra historia y crear sentido de propiedad.












Referencias

CUBIDES, HUMBERTO. (2006). Ética del cuidado de sí. Siglo del Hombre Editores. Universidad Central IESCO. 2006
MEIRIEU, P. (1998). FRANKENSTEIN EDUCADOR. Ed. Laertes S.A.
PEDRAZA, SANDRA. (1999). En Cuerpo y Alma. Visiones del Progreso y de la Felicidad. CORCAS. Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia.
SANTAMARIA, C. (2007). El Bambuco, los Saberes Mestizos y la Academia: Un Análisis Histórico de la Persistencia de la Colonialidad en los Estudios Músicales Latinoamericanos. Revista de Música Latinoamericana. Vol. 20 No. 1. pp 1-23

¿QUE ES EL ARTE PARA LA SOCIEDAD?

“El arte es el placer de un espíritu que penetra en la naturaleza y descubre que también ésta tiene alma”.
Auguste Rodin


¿A que se le puede llamar arte hoy en día?, ¿somos consientes de lo que realmente significa la palabra arte?...


Por LORENA ORTIZ


Abstract: Que es el arte, pregunta interminable que nos ha rodeado desde que la “conocemos” no quiero recaer en las viejas definiciones académica que por mucho tiempo nos han dado del arte, se podría decir que esto depende de cada experiencia espiritual que tenga el individuo, tal vez sea la forma más sublime de llegar a tus sentimientos, quizás solo sea para algunos notas impresas en un pentagrama, como para otros puede ser la máxima expresión del alma de cada uno de nosotros…


Soy clarinetista, arte es tocar, para mí el arte pasa con el viento a través de mi instrumento, no toco la música estilizada de los europeos para mí eso no es arte, no si el interprete no se enamora de lo que toca, aunque no pretendo jugar al clasismo como dice Carolina Santamaría, el arte no se trata de “purificar” géneros, purificar formas y sonidos, siempre hemos creído que el arte es algo bello, pero ¿Qué es el arte?, ¿Qué es lo bello? Y ¿todo el arte es bello?
Claramente podrías decir que las cuatro estaciones de Vivaldi son “bellas” y muchos dirían esto sí es “arte”, pero que pasa con la música tecno, se diría que se habla de términos completamente diferentes, pero realmente son lo mismo, hablando objetivamente. ¿Pero que será eso que hemos llamado arte?... los Dadaísta afirman que el mundo entero es una obra de arte, es un punto de vista refutable dependiendo del punto de vista, pero, el arte es “algo” que nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida, y que muchas veces hemos pasado por alto. En el siglo XIX y en el XX se han dado movimientos que han alzado esta idea, como la Bauhaus o el movimiento Arts & Crafts de William Morris.
El ser humano del siglo XXI ve el arte como algo intangible, como lo “bonito”, pero su definición aun no está, llevo 3 año estudiando música y aun no se cual es su significado.
¿El arte sería algo estético, místico, simbólico, creativo o simplemente imaginación? Lo dejo a elección. Personalmente no creo que el arte sea simplemente la música, el teatro, las artes visuales… si no que es la fuerza que nos hace luchar en cada momento. Aunque resulte muy mística mi afirmación, explicaré un poco mi postura para que la puedan entender.
Cuando enciendo la televisión, veo realitis que nos muestran una clase de “arte”, veo propagandas de Coca Cola ofreciéndote un mundo mejor si consumes, veo noticia manejadas por el gobierno, en donde se muestra solo el terror del país, la vida es maravillosa, es muy corta, la felicidad esta en nosotros, no nos neguemos la oportunidad de descubrirnos a nosotros mismos y descubrir el arte de surge de lo que somos.
El arte está en lo que cada uno de nosotros somos, el arte no es nada y es todo el arte es absolutamente subjetivo y relativo, el arte es solo una palabra para referirnos a lo que cada quién o los críticos de arte creen que es arte, es una palabra que remite a algo inexplicable pero que necesita ser llamado de alguna forma.

Michel Foucault por Fernando Savater en la Aventura del Pensamiento

UN PROYECTO PARA TODOS ¿QUÉ MEDIOS UTILIZA EL ARTE PARA GENERAR CONCIENCIA SOCIAL DENTRO DE LA EDUCACIÓN?

RESUMEN
El artículo busca fomentar la importancia de la Educación Artística y como por medio de esta se logra generar una conciencia social para crear mundo, para construir sentido y un modo de ser del pensamiento.



Por Maryury Angulo Alemán


“No somos lo que somos,
Sino lo que hacemos
Para cambiar lo que somos”.

El estado colombiano dentro de sus programas educativos viene realizando proyectos para el mejoramiento y calidad de la educación, para ello se ha basado en el Plan Decenal de Educación, con el cual espera obtener resultados positivos en la labor académica, pero que quedan en tela de juicio si se han tenido en cuenta la necesidades de la población o simplemente se trata de un interés político educativo.
Por esta razón, podemos encontrar que son ingentes los hechos por los cuales la educación no presta la debida importancia a los procesos educativos, a la diferenciación en cuanto a culturas, géneros, religiones…modos de vida y en algunos casos modos de subsistencia; por lo cual hablar de calidad educativa, es una falencia que se viene presentando por el simple hecho de que en aquellos sectores donde aún no existe una infraestructura requerida para el desarrollo de un proceso educativo, han estado siempre aislados de la participación ciudadana y también a la sombra de todo aquello que se decreta.
Por causas como estas, cabria la necesidad de preguntarnos sobre la Constitución política Colombina, donde decreta: “Art. 7”. El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación Colombiana. (“1991”). ¿Entonces que sucede con aquellos sectores con mayor grado de vulnerabilidad, dónde queda entonces el derecho de pertenencia en cuanto a nación?, ¿Cómo se está respetando el derecho ciudadano?.

Art. “67”. La educación es un derecho de la persona y un derecho público que tiene función social: con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura. Constitución Política Colombiana (1991).

Precisamente por este derecho a la educación es que hay que generar una conciencia nacional, un mayor interés por el reconocimiento tanto colectivo como individual, un mayor interés por la valoración del ser, de la sociedad, como entes constructivos de un país, de una nación.

Se trata entonces de transitar de una concepción unidireccional y neutral de la educación y sus prácticas, hacia una comprensión más holística, donde los campos sociales, culturales, políticos y económicos, sean ejes donde se imbrican mutuamente y se ayuden en la compresión de los procesos educativos al interior de los procesos sociales.
En este sentido, la pedagogía nos da las pruebas para ratificar que todo proceso educativo es complejo e incorpora componentes que muchas veces no son conscientes, desarrollándose desde modelos poco propicios para la experimentación, con cánones preestablecidos, con certezas creadas en torno a qué hacer y cómo hacerlo, resultados a obtener, etc.…convirtiéndose por tal razón en una práctica normatizadora o estandarizadora, y a llegado al punto donde algunas modalidades educativas impiden el asombro y que nos veamos sorprendidos por lo desconocido y el necesario extravío que precisa la experiencia artística, y tanto así, que en la mayoría de los casos, la educación artística crea un estricto espacio de temporalidad, homogeniza, excluye y codifica el campo de lo que es posible percibir, decir, juzgar, pensar y hacer; es también causa de esta situación emancipadora en la que vivimos la impuesta colonización, que desde hace siglos traemos atada a nuestro propio ser, de tal manera, que hasta ha llegado a invadir y a apropiarse de culturas y de los medios económicos y políticos de las sociedades. También vista como una manera en la que se inventan al otro y desde ese otro se configuró su pedagogización agenciada por instituciones, discursos, constituciones, leyes, códigos, planes de estudio, proyectos de investigación, gramáticas del buen decir, etcétera. La colonización también fue una manera de producirse a si mismo y de generar al otro como otro de la razón occidental con la consecuente descalificación de su forma de pensar y conocer. Francisco Javier Gil Marín. (2007).

Así se fundamentó el lugar del colonizador y el colonizado (ese otro) con sus valores y saberes, necesariamente se situó con atraso respecto a una escala de progreso única y lineal, encabezada por la cultura occidental; y es bajo esta concepción, la forma en la que se configura el proyecto de nación, proyectándose como un campo de identidad homogénea ligado al proyecto moderno, apuntando a un tipo de subjetividad dada por la condición de varón, blanco, católico, occidental, letrado y heterosexual.

Sin duda estas tendencias a modelos estáticos cada vez se ven más desafiadas por prácticas artísticas en permanente explosión y cambio. Es el tiempo de lo nuevo, del cambio, la fiesta de la metamorfosis, el cambio del curso de las cosas.

De aquí la importancia tan relevante que constituye una correcta práctica pedagógica; como dice Foucault “la producción del discurso de toda sociedad está seleccionada, controlada y redistribuida, todo a la vez, por un conjunto de procedimientos que cumplen una función social vinculada, tanto al deseo, como al poder, y así, la forma como operan los discursos se relaciona con ambos aspectos” Foucault (1986).

Los discursos no son materia estática, tienen una perspectiva dinámica, dialógica e interpersonal, en tanto interactúan con las personas. Las personas por su parte cuentan con mecanismos perceptivos, lingüísticos y culturales que les conducen a la lectura de estos discursos, de manera tal que ellos se van incorporando progresivamente en la cultura, llevando al individuo hacia la construcción de su identidad social y cultural (Martínez 1997). Es en y a través de los discursos que se construyen los nuevos espacios, los lugares comunes, las ideologías diversas y compartidas, los intereses diversos y comunes, la palabra propia y la ajena.

Más específicamente, el discurso pedagógico de acuerdo con el planteamiento de Berstein (1994), se constituye como una herramienta que opera en la concepción que las personas tienen sobre si mismas, y de su relación con el mundo y con los demás, a su vez, inevitablemente, guarda relación con el poder. El discurso pedagógico forma parte de una estructura, un sistema, que se nutre, gesta y desarrolla al interior del sistema educativo y que legitima el control y el poder de una clase dominante.
Por ello Berstein asume que “el discurso pedagógico es un principio para la circulación y la reordenación de los discursos….es más un principio que un discurso”, es decir, que es a partir del discurso pedagógico que se encuentra los significados entre los diversos discursos.

En el caso de la Educación Artística, parte del discurso pedagógico justifica la prevalencia de la enseñanza regida bajo parámetros de otras culturas, más específicamente la cultura occidental; ejemplo claro el que se presenta en la enseñanza de la música clásica, por ser la “música culta”. Por ello no es casual que la denominada “música popular” sea omitida de manera recurrente en los procesos de enseñanza y aprendizaje que se desarrollan en diversas instituciones educativas, públicas o privadas, o en los conservatorios. Y es bajo esta hegemonía de música, entendida como más especializada, vinculada a las esferas del poder, que tiene que ser formalmente aprendida y que constituye un referente básico se interesan en el aprendizaje de dicho arte.
Similar es el caso de la enseñanza de las diferentes artes, puesto que en la mayoría de los casos, a pasado a un segundo orden, vinculado básicamente a la realización de talleres, perdiendo la perspectiva del significado de la información artística como un derecho humano que posibilita el ejercicio de la libertad, el desarrollo de la propia identidad cultural, la liberación de la imaginación, el desarrollo del pensamiento creativo y la expresión y sensibilidad humana, definiéndolas como características diferenciales indispensables para todo ser humano.

En este mismo sentido, Freire (1993) sostiene: “la educación puede, o bien funcionar como un instrumento que se utiliza para facilitar la integración y conformidad de las nuevas generaciones en la lógica del sistema actual, o convertirse en un “ejercicio de la libertad”, el medio a través del cual hombres y mujeres se relacionan crítica y creativamente con la realidad y descubren como participar en la transformación del mudo”.
Es bajo esta concepción de educación, donde el arte esta concebida dentro de un enfoque liberador, puesto que promueve en primer lugar en sus docentes cambios transformadores ampliando la percepción de la realidad que tienen sus estudiantes, desarrollando una capacidad empoderadora, pues se valdrán de la acción y el sentimiento crítico para implicar a sus estudiantes en actividades culturales y artísticas significativas y sus ulteriores resonancias transformadoras en el contexto social.

Por lo tanto, si el arte tiene la capacidad de liberar, transformar y efectuar cambios, el docente artístico tiene las herramientas necesarias para definirse como persona, como interprete, como un ser reflexivo y crítico, capaz de construir sus propios criterios mediante la reflexión de su experiencia y el contraste y problematización de su propio conocimiento

Por estas razones, la enseñanza artística dentro de las aulas de clase, otorga a sus estudiantes los medios para versen a si mismos como seres sociales y culturales dentro de una realidad y del contexto de su propia herencia en particular.

Como señala Eisner, “el arte, y por ende la música, es una manera de construir, crear sentidos de vida, ampliando la conciencia, perfilando actitudes, satisfaciendo la búsqueda de significado, estableciendo contacto con los demás y compartiendo una cultura, integrando una comunidad, dejando un legado”.





REFERENCIAS



Constitución Política Colombiana. 1991. De los derechos fundamentales

Francisco Javier Gil Marín. 2007. Pensamiento Artístico y Estética de la Experiencia

Humberto Cubides. Presentación de la Noción de Cuidado de Sí en el último Foucault.


Pensamiento Palabra y Obra
Revista de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Pedagógica Nacional
No.4, Julio a Diciembre de 2010

Pinilla, A. 2008. El Plan Decenal de Educación 2006-2016.

SER Artistas y Educadores

Por María José Pineda Bautista

Abstract:No puedo evitar pensar en mi papel como artista y educadora, en la importancia y responsabilidad que tengo hacia mí, como primera instancia, y hacia mi sociedad, mi entorno cada vez más vulnerable y hostil, un contexto que está sumergido en mentiras, en consumo, en uniformidad, en una sociedad que nos aparta cada vez de nosotros mismos y de nuestro ser real.

Encuentro en mi papel como docente y artista, convertirme en un agente de cambio, para poder contagiar a mis futuros estudiantes del interés por sí mismos, por descubrirse cada día en el arte, por sembrar hambre y sed de creación. También soy consciente de que no puedo transmitir esas ganas de autoconocimiento si yo no estoy convencida de ello, si yo no soy entiendo primero –en el amplio sentido existencial de la palabra- que la educación es constante, que mi proceso de aprendizaje nunca termina y que el autoconocimiento nunca cesa; se renueva a cada instante.

Entonces creo firmemente en la oportunidad que se nos presenta cada instante, a pesar de nuestro anti ecológico medio que nos hace ignorante de nosotros mismos y de nuestro propio florecer, de sentar las bases de una nueva educación que le apuesta a la diversidad y “única individualidad” de cada uno de nosotros, que le apueste a crear un ambiente que nos permita florecer, que nos permita ver la belleza de cada uno de nosotros, que nos permita ver nuestra propia estética, escuchar nuestro propio sonido, desarrollar todo el arte que poseemos, cada uno de nosotros es un artista en potencia, es un creador, es Dios.

Si nosotros como artistas y docentes dejamos de lado el insípido y superficial afán de la competencia, la repetición por la repetición, los cánones y paradigmas que rodean nuestra academia y nuestro pensamiento, si dejamos el afán de ser para el otro y nos fundimos en la paciente, larga, reveladora y eterna tarea de buscarnos a nosotros mismos, crear nuestra propia voz, tal vez entonces seriamos más capaces de escuchar la voz de los demás, de entenderla, de compartirla. En nuestras manos está la llegada de la primavera, si nos ocupamos en potencializar la individualidad, la identidad de cada ser y de nosotros mismos, en nuestras manos esta cambiar la tarea del docente como amoldador, como castrador, y cambiar por ende el camino de la academia, que debe ser el lugar donde se den las oportunidades más que donde se cierren, es nuestro deber darle un nuevo curso a la ciega sociedad, quitándonos primero poco a poco la venda que nos obnubila, una venda que nos pusieron, y que ha sido alimentada tanto por la sociedad como por nosotros mismos, y que solo nosotros contamos con el poder para removerla de nuestros ojos: nuestro papel es guiar a cada ser que nos toque para que sea él quien quite la venda y rompa las cadenas, pues sólo él tiene el poder de acabar con su secuestro y/o autosecuestro.

El mundo se crea a sí mismo a cada instante. Nosotros como docentes y artistas (no puedo dejar de poner estos dos papeles como uno solo, como complemento perfecto) tenemos que ser creadores también. No podemos dejar de lado la creación por ningún motivo; de hacerlo nuestra labor se pervertiría, y volveríamos inevitablemente, al círculo vicioso de la castración, la uniformidad, la producción y el consumo: la anulación de Ser en todo su esplendor. En pocas palabras tenemos que garantizar que el estudiante, amigo, hermano, colega o ser que interactúe con nosotros se convierta en autodidacta, y nosotros también serlo. ¿Qué hubiera pasado, si en las escuelas, hogares y calles se nos enseñara a cuidarnos a nosotros mismos, a amarnos, a educarnos, y todo de lo que utópicamente se nos habla, se nos predica, pero que no se ve por casi ningún lado de este enmascarado mundo? Es tan urgente esta cotidianidad, tan falsa, tan enferma, que creemos que esto se queda en la utopía, no creemos que en realidad somos capaces de ser felices, de encontrarnos, no nos creemos capaces de nada. Es increíble, nos volvemos tan ciegos que no podemos ver nada de los que estamos hechos, y por ende no seremos capaces de ver nada bello en el mundo.

Satanizamos la angustia, el caos, las crisis, cuando estas “malas” emociones junto con otras “buenas” o “mejores” son la materia prima del artista para la creación, las jerarquizamos tanto que emitimos juicios de valor que encierran el potencial que poseen en sí mismas. Creemos que el arte es un producto, lo evaluamos al final, y no somos conscientes de todo el proceso, de todo el sufrimiento, todo el bello y arduo camino de la creación, más allá de los aplausos de gente que no escucha, o de las grandes sumas de dinero de los snobistas que elevan su prestigio y posición social, existe el verdadero arte que es el valor de nosotros mismos tal y como somos, el arte es la belleza de la calma y el caos, y la aceptación. Tenemos que lograr aceptarnos, aceptar nuestras crisis y las de los nuestros, y potencializar las emociones a través del despertar de los sentidos (…) en vez de atrofiarlos y dormirlos.

También tenemos que saber reorganizar las temáticas, como ha venido sucediendo en Venezuela, en materia de música, donde cada joven es tan dueño de su folklor tan consciente y tan orgulloso, y a la vez tan seducido por la música clásica, y es extraordinario ver una nueva academia que logra crear un espacio de convivencia para la universalidad, como consecuencia podemos ver como muchachos que estaban (por respuesta a su sociedad) robando, en la calle, marginados, con faltas de oportunidad como sucede en tantos otros lugares de este mundo (en cantidades alarmantes como nuestro país), están ahora tocando, y ver además la calidad de tanto intérpretes como creadores, la humildad con la que entregar su arte y reciben el propio y el de los demás, el conocimiento que tienen de su música, ver que han recuperado el interés en sí mismos y que día a día aportan a la creación individual y colectiva.

Es notable la problemática que hemos estado viviendo de la castración del alma en la academia, de la superficialidad del arte y el artista, causado por el mercantilismo y la sociedad de consumo, la inherente anulación del ser, y a su vez, como por reacción, se hace más notorio el papel del artista y el docente, la tarea y la responsabilidad que trae consigo la libertad que debe ser uno de los fines del arte, de la importancia de su papel en la sociedad, del poder que llega a sus manos para la renovación, para el renacer, poder que, si no es bien usado puede ser peligroso, como lo hemos podido ver y lo seguimos viendo, puede ser destructivo, como ha venido siento, cegador, y mortal.

Es fundamental tomar consciencia de ello, para no cavar nuestra propia tumba ni la de nuestros hermanos, y es importante llenarnos del valor suficiente para llevar a cabo esta tarea, valor que proviene sólo de nuestro interior. Tenemos que tomar consciencia de la gravedad del asusto, porque de no ser así, seremos armas letales, sin tener idea alguna de que lo somos, y desperdiciando la oportunidad de crecer con todos como unidad. Tenemos que ser capaces de creer, en nosotros, en los otros, en el mundo y su infinito potencial, para tener la claridad de la proyección de mañana, actuando constantemente en el ahora.

Tenemos que darle un nuevo rumbo a la academia, tenemos que implementar, de una manera paciente como se requiere, para tener en cuenta cada detalle, un minucioso proyecto de inclusión del folklore a la academia, con el fin de rescatarlo, conservarlo y estudiarlo, y que el país recupere la identidad musical, que es vigente sólo por el corazón que todavía palpita, de sus pueblos, de sus músicos, de su gente: el hermoso, amplio y diverso universo de nuestra tierra. Es retomar la acdemia desde otro punto donde las músicas se complementan: La escuela Clásica Europea que rige en estos momentos la acdemia, incluyendo también las músicas y conocimientos de otras culturas, con el estudio y la profundida que estas merecen, de hecho de esta manera se puede hacer menos superficial y hostigante todo lo que en la academia se nos da sobre la escuela Europea, sin duda hay que renovar estos conocimientos porque se está convirtiendo en castrador algo bello, las alas se están convirtiendo en cadenas, al ponerlo en la categoría de único y verdadero en la academia, de correcto y perfecto. Debemos ser capaces de que todos estos mundos que llegan a nosotros convivan y se complementen.

Se puede construir una sociedad en la que todos seamos artistas, porque todos tenemos el potencial para serlo, de esta manera la sociedad entenderá la importancia de la música, la danza, el teatro, las letras, la pintura, para el desarrollo del ser y su contexto, y el arte ya no será más entretenimiento, pornocultura, consumo, sino transcenderá como su naturaleza misma lo indica, es la única manera de cambiar esta lógica del hombre-masa, la educación por medio del arte, el descubrimiento del SER! Es el arte quien tiene el poder de hacer visible de nuevo la espiritualidad del mundo, que se pierde y se disfraza en los hogares y academias, en los medios de comunicación, en los trabajos; PERO QUE POR MÁS QUE SE ESCONDA, EN ESENCIA SIEMPRE PERMANECE.

Entonces teniendo en cuenta estos aspectos, el maestro no puede ser cualquiera (aunque todos tengamos el potencial para serlo), debe ser alguien convencido, dispuesto a entregarse a sí mismo, debe ser alguien preparado ¿cómo es posible que en las escuelas de educación primaria y secundaria se encuentren tan malos maestros, los profesores de música y artes sean simples entretenedores, como es posible que sea gente que no se interesa en lo más mínimo por sus estudiantes, y cómo es posible que estos sean los moldes de nuestros niños (porque se autoimponen como moldes, no es que deban existir mejores moldes, simplemente no debería existir molde alguno)? ¡¿Cómo es posible que esa sea la calidad de educación que recibimos en etapas tan importantes como nuestra primera y segunda infancia? ¡Es tan triste como peligroso!

Nosotros podemos ayudar a crear un mundo de hombres libres, reconociendo que la libertad está adentro, que las alas para volar están en el centro mismo de nuestro ser. ¿Cómo podemos encontrarla si asesinamos al ser?, resulta imposible. Debemos ser libres como docentes y artistas para poder construir, elementos sociales suficientes, para que el individuo se busque a sí mismo y por lo tanto encuentre su libertad, y de paso, encuentre el valor y el poder de emitir su única, propia y hermosa voz.

Un docente de música, que no mantenga viva su pasión, no toque, no asista a conciertos y no esté enterado de los avances que permanentemente tiene el mundo en materia de creación (que por suerte natural no cesa) ¿qué le puede transmitir a sus estudiantes?, si no tiene los conocimientos, y mucho menos el interés ¿que llama puede encender el los otros? El docente y artista debe lograr encontrar el combustible para encender el motor de voluntad que cada uno posee, tan motivación solo se logra en la sed de autoconocimiento.

Encuentro una gran convergencia con esta proposición, pues es que por andar en busca de la objetividad, de la uniformidad, de la peligrosa buena intención y buena consciencia, hemos rechazado, satanizado, banalizado, y corrompido, todo lo que nos hace humanos. Nos vivimos negando a nosotros mismos, anulándonos, convirtiéndonos en máquinas y productos, nos odiamos y nos somos capaces de ver…. No somos capaces de ver la subjetividad y objetividad como complemento y las convertirnos en dos cosas aparte, no somos capaces de pensar el marcouniverso desde la importancia del bienestar del microuniverso, de cada importante, único y complementario microuniverso.

Me encanta la idea de saber que tengo el poder de cambiar desde mi propio ser, cambiar en el sentido de ir más y más al fondo, y que en cuanto más profundo valla, más elevada estaré, y que ese es el primer paso para el cambio colectivo. Me encanta la idea de saber que puedo ser una herramienta para que muchos seres se interesen por su mismidad, y además para que desde ahí florezcan, saber que desde mi creación constante, se puede lograr una creación colectiva, saber que la academia, se puede cambiar si nosotros sus hijos recuperamos el alma que se nos arrebató, y puede dejar de ser un espacio de destrucción, que puede reverdecer, y por lo tanto el modelo de sociedad que tenemos de terror, hambre, dolor, consumo, muerte, se convierta en una sociedad de pensamiento, de espíritu, de arte y educación de verdad. Que puedo, con todo lo que se me viene encima, recuperar la confianza y el amor por mí misma, que puedo encontrar mi libertad, que puedo ver, y que solo es decisión mía, claro una decisión que requiere de valor y responsabilidad, constancia y disciplina, y de amor… que estoy en la capacidad de exigir, y aun más de darme mi propia educación de calidad, pues me la merezco, y cada uno de nosotros la merece. Que a partir a la inversión de mi tiempo a mis ser (el está aquí y ahora, no como sucede en la academia, y en la mayoría de los ámbitos, cuerpos presentes, mentes, y almas, ausentes), puedo ser un puente para que otros inviertan su tan valioso tiempo en su tan valioso ser, siendo conscientes de que se lo merecen.

Todo esto plantea un cambio de 180°, al destino fatal de la academia, realza la esperanza y dibuja un nuevo horizonte a la creación, al ser y por supuesto, a la sociedad entera. Es necesario cambiar todas esas bases de siglos pasados, sobre el que está construido nuestro modelo de sociedad. Es nuestro deber establecer una nueva columna vertebral, con la frescura y la vitalidad de la renovación, con el increíble poder de la creación, y recuperar de una vez por todas, la luz, la vista, de encontrarnos día a día con la libertad.

Debemos tomar consciencia del folklor, y dar la importancia que merece nuestra historia, recuperar nuestro sentido de identidad, porque vivimos identificándonos con imágenes que no somos, vivimos alimentando una ilusión de nosotros mismos, un ilusión que ha calado tanto en nuestros más profundos anhelos, como en nuestros más superficiales deseos, un ilusión que además nos hace sentir vergüenza de quiénes somos y nos ínsita a la máscara constante, a la imitación, a la superficialidad, al consumo, a la venta de nuestra alma, y nos llena de un poco de basura que no nos pertenece y nos hace creer que sí, que estamos hechos de ella, y que es inevitable salir de ahí, y tristemente nos convence, por aquello de la culpa que es programada en nuestro inconsciente por la sociedad, de que es eso lo que somos y eso lo que merecemos, y por ende lo que le mundo merece. En nuestro país pulula el talento artístico y está abandonado por el gobierno, por la academia, por el hogar, por nosotros mismos. Es importante hacernos conscientes de las problemáticas, las soluciones, los contextos y de nuestro papel y nuestro ser. Debemos estar alerta porque es peligroso hacer caso omiso a todos estos factores, pues estaremos condenados a recibir y trasmitir basura, pudiendo ofrecer nuestro verdadero ser, y sin esperar nada a cambio, lo que recibiremos es incomparable….

Michel Foucault por sí mismo

EL ARTE DE VIVIR El Arte y La Meta

Abstract: Es un texto que nos invita a reflexionar sobre cosas cotidianas y nos muestra la importancia del arte en la vida y de cómo decodifica la vida, y nos muestra realidades.



Por MILENA JOHANA MARTINEZ



En el intento de encontrarle razones a la vida, de la importancia de ella y la trascendencia que tiene para cada uno de nosotros ese despertar diario, las cosas comunes que se volvieron costumbre como respirar, parpadear, comer, reír, caminar, en fin, es bueno volver a ellas y ver que están ahí aunque no las percibamos todo el tiempo cosas que están tan interiorizadas que no nos dejan espacio para pensar en algo mas. Y es así a lo largo del común vivir algo que se supera se graba y no se va, cuando tengamos algo similar sabemos cómo se puede actuar, o que hacer, pero también los problemas suben un nivel mas, como en los video juegos el siguiente nivel es más difícil al anterior, nos morimos en el intento, o llegamos a la meta final, pero la gran pregunta es: ¿Cuál es la meta final?, ¿será eso que llamamos felicidad?, ¿será eso que llamamos amor?, ¿o es conseguir todo lo que anhelamos?

En muchos medios de comunicación se observa el caos en el que vivimos diariamente, en ese tratar de recuperar el asombro, en esa comparación con el otro, en el “sobrevivir”, en el tratar de mantenerte vivo, en el buscar razones para no morir, y si las tienes en el tratar de expresar a los demás que se siente estar pleno, o en agonía. Y unas de las formas mas cercanas que tenemos a encontramos con esa experiencia es el Arte, pero la experiencia de otras personas no puede aprenderse verdaderamente como experiencia (Zygmunt Bauman, 2005).

El arte como componente de la cultura, nos da la idea de cómo vemos el mundo, cual es el colectivo común, pero también nos deja ver la variedad de formas de ver el mundo, la forma en la que diseñamos sociedades, de cómo las decodificamos y las volvemos a codificar, pero siempre mirando un pasado y anhelando un futuro mejor, estando en medio de ese pasado, que siempre vemos con ojos de melancolía por lo que pudo ser o por lo que fue y quisiéramos revivir, y de un futuro incierto en el que tenemos puestas las esperanzas que pueden ser mejor, pero estar mejor es tener una familia, un buen empleo, casa, carro, viajes, buena ropa, seguir un prototipo de hombre y de mujer, seguir unos parámetros que se establecen según espacio-tiempo, ¿esto si nos llena? ¿Esto nos lleva a la meta final?, o ¿se nos convirtió en un deseo? El deseo es el anhelo de consumir. De absorber, devorar, ingerir y digerir, de aniquilar. (Zygmunt Bauman, 2005). Entonces los medio de comunicación nos están dando las pautas, para seguir solo a nuestro deseo, y sobre todo hacia lo sexual que nos despierta lo que nosotros denominamos “instinto”, pero que también intentamos convertirla en nuestra necesidad.

Un aspecto importante es la relación que médicamente se recomienda entre el estado del alma y el del cuerpo, consistente entre la subordinación mas estricta del deseo del alma a las necesidades del cuerpo, una ética del deseo y la búsqueda de un punto ideal del alma “purificada”, orientada a una austera economía de las evacuaciones orgánicas, en donde el gesto de la purga solitaria conforma del modo mas estricto la inutilidad del deseo, de las imágenes asociadas a el, y del placer. (Humberto Cubides, Focault y el sujeto Político, Ética del cuidado de si, 2006, p.22)

Si bien estamos en la cultura del deseo, porque se insiste en que eso es “amor”, amor a las cosas, amor a lo efímero, amor a uno mismo. Se busca la rapidez en todo, no hay esfuerzos, En nuestros días, los centros de compras suelen ser diseñados teniendo en cuenta la rápida aparición y la veloz extinción de las ganas… (Zygmunt Bauman, 2005), entonces actualmente todo esta diseñado a aprobar esos instantes de placer, a reunir masas por medio de esos fugases encuentros, que se convierten en amor y que este nos da felicidad y que este a su vez se convierten en recuerdos, que significativamente nos pueden llevar a extremos, catalogando así cada instante, o muy feliz o muy triste.

El arte nos refleja esos instantes en los que podemos vivir el momento y se intenta de mil formas reproducirlo de nuevo, convirtiéndose en un vicio, que nos lleva a nuestra máxima expresión, a nuestra máxima desinhibición, mostrando una realidad subjetiva, pero colectiva a la vez.

La meta es tan individual como los momentos plenos de felicidad, pero es imposible aprender a amar, como no se puede aprender a morir (Zygmunt Bauman, 2005), entonces tampoco hay un manual para vivir, el arte nos recordara que todo esta sujeto y a la vez suelto, y que cada instante en el ser humano por pequeño que sea significa algo.

LA CORPOREIDAD COMO HERRAMIENTA EN EL DISCURSO DECOLONIAL

¿Es posible generar un discurso del cuerpo como medio de transmisión artística desde américa latina en contraposición al discurso occidental eurocentrista?

La negación del “otro” lleva a ignorar una cultura , a desvirtuar la intervención en un espacio y como esto hace que el desarrollo intelectual de una sociedad este diezmada por un pensamiento que demarca una sola conducta y que exime al cuerpo en el desarrollo de propuestas que enriquecen el que hacer artístico y la construcción de una visión latinoamericana social y cultural.

Por LUISA FERNANDA BUSTOS

El discurso de la Modernidad se ha impuesto sobre los intereses colectivos sin tomar en cuenta al “otro”, generando la imposición de una supremacía histórica, desarrollando relaciones de poder y marcando diferencias en los pueblos, culturas, razas, conocimientos llevando a nuevas formas de concebir el mundo, como las múltiples culturas que son visible en América Latina concepto que hace posible integrar las diferencias de cada lugar que no es centro hegemónico de poder (Quijano 2000). Las diversas y variadas formas de poder y violencia intercultural, al igual que la desigualdad y opresión marcan las pautas para hablar de colonialidad. Referirse al poder es establecer un sistema el cual se jerarquiza y se distribuye desde la superioridad hasta la inferioridad del ser y del existir, usar el término de raza implica hacer una escala de identidad social en donde en individuo de otro color puede ser explotado, dominado social y económicamente.
Pero esta dominación no aparece desde el centro del pensamiento europeo, este pensamiento se da a partir del descubrimiento del nuevo mundo; al aparecer nuevos territorios, la dominación mundial se hizo más accesible al igual que un nuevo mercado mundial y la superioridad del europeo el cual impone su pensamiento y controla el pensamiento y los recursos del colonizado.
Toma gran fuerza el giro epistémico y teórico que sin lugar a duda se está llevando a cabo en las entrañas de la misma Latinoamérica continuando la labor de establecer bases solidas para argumentar un trabajo claro, conciso y consecuente con respecto al concepto de cuerpo y arte cuyo reto es desmantelar esas relaciones colonizadoras que influyen en la cotidianidad.
El patrón global que impera actualmente y que es una consecuencia del colonialismo, el Capitalismo interviene en la percepción de las ideas racistas, y deshumanizadoras. “en otras palabras, ser descrito como “indio”. “Blanco” o “negro” servía para definir la posición del individuo dentro del marco de la división del trabajo”( Santamaría, p.198). Marco que delinea las jerarquías raciales, de género y por ende económicas afectando la participación histórica, económica, artística, intelectual incluso fisiológica, y permite que Europa continúe mostrando su manera de percibir y los problemas que ella misma crea y que otros sufren, mostrando dentro de la misma colonialidad brotes obsesivos de discriminación y rechazo étnico-culturales.
Podemos tomar como ejemplo el surgimiento de un género musical tradicional “el bambuco” que nos permite ver como trasciende , se desarrolla un saber fuera de la concepción de academicismo y logra hacerse parte de la expresión de una nación. Santamaría (2007). siendo este el esbozo de la reforma a una época , de acontecimientos que permiten mezclar elementos saberes y sentires con el deseo de expresión siendo este posible con la interpretación y el apoyo del cuerpo como la base de una revolución del pensamiento .
En las ciudades europeas se omite la idea de racismo simplemente porque los ciudadanos pertenecientes a la urbes occidentales son de una clase biológica y geográfica similar, han tenido un rastreo lineal de la historia, han tenido un desenvolvimiento intelectual y cultural similar y no se discute su humanidad y no están percibidos fuera de la norma. Al encontrar sujetos fuera de esa norma nace la Etnografía, para estudiar al otro, deslegitimizando a los demás grupos sociales a tal punto de naturalizar el horror y la violencia.
sin embargo, tenemos un hecho: en unas cuantas décadas, ha desaparecido el cuerpo supliciado, descuartizado, amputado, marcado simbólicamente en el rostro o en el hombro, expuesto vivo o muerto, ofrecido en espectáculo”.Foucault (2002, p8, cap. I).

El cuerpo permite el encuentro, la comunicación y la relación intima con otros, pero también se convierte por su misma exposición, en objeto privilegiado de la racializacion, y la diferenciación social, del sufrimiento como purificación, el dolor como único camino de recordación y justicia, el cuerpo como lugar de vergüenza y como punto de culminación.
Al ir dando mayor importancia al cuerpo no solo como receptor sino también como emisor aparecen cambios en la forma de dimensionar las vivencias desde el dolor y el sufrimiento o la negación , también vemos como el ejercicio del pensamiento genera un habito , una conciencia del desarrollo , su estimulación lleva a la aceptación de si y al propio reconocimiento “La educación significa la capacidad del hombre para desarrollar sus propósitos e ideales de trabajo, es la fuerza creadora única e insustituible para que el elemento racional pueda cumplir sus funciones primordiales de sustento y de adelanto” ( Pedraza & Muñoz, 1999).
la descolonización y des-radicalización de la sociedad y el estado en que uno habita, nos enfrenta a los retos propios del pensamiento del colonizado, formulando metodologías para ayudar a tejer lazos entre las sociedades coloniales y las sociedades hegemónicas, posibilitando nuevas perspectivas, cambios, caminos, ideales sin dudar del otro, actitud teórica que re-articule la búsqueda de la verdad con la búsqueda del bien entendido éste como trato igualitario , o camaradería humana más allá la naturalización de diferencias humanas. Apostando a la convivencia universal aplicando alternativas de vida y compromisos de ser el otro.
Bibliografía
Foucault, Michael. vigilar y castigar()
Quijano, Aníbal.(2002). colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. Argentina: talleres gráficos.
Santamaría, Carolina .(2007 El bambuco, los saberes mestizos y la academia: Un análisis histórico de la persistencia de la colonialidad en los estudios musicales latinoamericanos" . En: Estados Unidos
Latin American Music Review ISSN: 0163-0350 ed: University of Texas Press
v.28 fasc.1 p.1 - 23 ,2007
Cubides, Humberto(2006). foucault y el sujeto político. Ética del cuidado de si Editorial: Universidad Central–IESCO y Siglo del Hombre Editores Bogotá

Producción en Serie

ARTE EN EL SIGLO XXI

¿Sujetar el cuerpo a los pensamientos o dejarse arrollar por la sociedad?

ABSTRACT: Se ha preguntado por la corriente del pensamiento que gobierna la sociedad hoy en día; se debe apoyar dicho comportamiento o se debe generar una sana manera de pensar con el fin de contrarrestar los efectos de la nociva sociedad.

Por IVONNE ANDREA BARBOSA ÁNGEL

“¡Dame un poco de tiempo!,
le dijo un hombre primitivo a otro.”


¿Qué ha hecho el hombre por ganar un poco de tiempo?, Desde la antigüedad ha sometido su medio y su entorno con el propósito de alcanzar confort, de obtener un poco de comodidad y de normas morales, éticas y de compromisos sociales que le permitan convivir en armonía. Ha transformado la piedra en armas, utensilios de cocina, en ruedas y porque no en ideas, han ideado a partir de piedras.
Los pesados cueros han pasado de tener un mal olor a ser casi sintéticos, con unas fisuras y costuras milimétricas que además de proteger del frío, si es que en algunas ocasiones lo hacen, moldean la figura, resaltando los contornos, una bella cintura, un vigoroso pecho o prominente busto.
Ni que decir de los metales, ya no hay lugar en donde no se encuentren, incluso vibran, casi hasta hablan, otros rugen por medio de un potente motor, o sencillamente siguen siendo ese objeto ruin que con el paso del tiempo envejece con la oxidación.
Y lo más encantador de todo, la música que se escucha en las vivas llamas de los coliseos romanos sedientos de sangre y en los cantos de victoria del triunfante ejercito aplastando los cuerpos sin vida de sus adversarios, o las trompetas que arman para la guerra y deleitan el mal de los hombres perversos e insaciables.
Sé que está pensando, son palabras irónicas las que anteriormente se han pronunciado, porque cómo pueden los hábitos, el vestuario, las herramientas y por sus puesto la música prestarse para tales aberraciones. La historia muestra indefectiblemente que el hombre se esfuerza constantemente por quitarle tiempo al tiempo, por crear todo tipo de instrumentos que puedan facilitar su modo de vida, como de interpretar dulces melodías que le deleiten en todo lo que realizan y por su puesto de vestir bien, porque tienen que imponer su imagen.
La evolución del hombre y sus diferentes revoluciones tecnológicas han creado un afán por la destrucción de los principios, por el aniquilamiento de las sanas costumbres y por la generación de una cultura de anti valores que solo puede estar soportado por los cambios tecnológicos. Siendo así, el hombre necesito de la moda para demostrar su desnudez, de los medios audiovisuales para demostrar abiertamente su egoísmo y desprecio por la vida. Lo que se supone crea para dar libertad de sus quehaceres, en realidad es antagónico a lo que vive, porque con más comodidades más trabaja para poderlas obtener sin medir precios ni consecuencias, y entre más tiene menos satisfecho se encuentra. Y sigue pidiendo: ¡Dame un poco de tiempo!
Teniendo la oportunidad de ser dueño de lo que tiene, el ser humano prefiere ser un vil siervo por lo que trabaja. La ropa así lo demuestra, una prenda delicada que hermosea el cuerpo es usado como un objeto de seducción que despierta las más oscuras pasiones.
La música, que transforma el aliento de vida de muchas personas, en el modo y forma de comportarse, crea monstruos sociales inadaptados, con atuendos perturbadores, tatuajes y joyas de poco valor que desfiguran el cuerpo, y espantan las normas de convivencia. Pero hay que aclarar, no es que sea la música la que perturba al hombre, sino que es la bajeza del pensamiento humano lo que desdibuja el buen sentido de este arte.
Pero ¿qué alternativa hay para una sociedad perturbada y que perturba?, Hay que definir hábitos sanos que enriquezcan la vida personal, familiar y en comunidad. Ante un pensamiento decadente, se deben generar ejercicios que contrarresten los efectos nocivos de la presente comunidad, tal como dice Pablo: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”
Una adecuada forma de pensar, crea hábitos sanos, lo suficientemente fuerte para cambiar una sociedad, como se pudo ver con la sometida Sudáfrica, en Corea del Sur y en muchas sociedades más. En el caso de Sudáfrica, una simple frase: “después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar” , motivo a su líder a continuar y levanto una nueva generación dispuesta a ser diferente a sus antecesores, mitigando el odio y el racismo.
Una persona que cuida su mente y los pensamientos que pasan por ella no decaerá jamás, sino que estará firme en medio de la crisis, y si los vientos de la tempestad son abrumadores, los cimientos de sus creencias no le permitirán andar errante y sin fruto. Su pensamiento modificara el vestuario, el uso de sus recursos, la manera de vivir, mejor dicho, le cambiará el caminado.