domingo, 12 de febrero de 2012

ARTE EN EL SIGLO XXI

¿Sujetar el cuerpo a los pensamientos o dejarse arrollar por la sociedad?

ABSTRACT: Se ha preguntado por la corriente del pensamiento que gobierna la sociedad hoy en día; se debe apoyar dicho comportamiento o se debe generar una sana manera de pensar con el fin de contrarrestar los efectos de la nociva sociedad.

Por IVONNE ANDREA BARBOSA ÁNGEL

“¡Dame un poco de tiempo!,
le dijo un hombre primitivo a otro.”


¿Qué ha hecho el hombre por ganar un poco de tiempo?, Desde la antigüedad ha sometido su medio y su entorno con el propósito de alcanzar confort, de obtener un poco de comodidad y de normas morales, éticas y de compromisos sociales que le permitan convivir en armonía. Ha transformado la piedra en armas, utensilios de cocina, en ruedas y porque no en ideas, han ideado a partir de piedras.
Los pesados cueros han pasado de tener un mal olor a ser casi sintéticos, con unas fisuras y costuras milimétricas que además de proteger del frío, si es que en algunas ocasiones lo hacen, moldean la figura, resaltando los contornos, una bella cintura, un vigoroso pecho o prominente busto.
Ni que decir de los metales, ya no hay lugar en donde no se encuentren, incluso vibran, casi hasta hablan, otros rugen por medio de un potente motor, o sencillamente siguen siendo ese objeto ruin que con el paso del tiempo envejece con la oxidación.
Y lo más encantador de todo, la música que se escucha en las vivas llamas de los coliseos romanos sedientos de sangre y en los cantos de victoria del triunfante ejercito aplastando los cuerpos sin vida de sus adversarios, o las trompetas que arman para la guerra y deleitan el mal de los hombres perversos e insaciables.
Sé que está pensando, son palabras irónicas las que anteriormente se han pronunciado, porque cómo pueden los hábitos, el vestuario, las herramientas y por sus puesto la música prestarse para tales aberraciones. La historia muestra indefectiblemente que el hombre se esfuerza constantemente por quitarle tiempo al tiempo, por crear todo tipo de instrumentos que puedan facilitar su modo de vida, como de interpretar dulces melodías que le deleiten en todo lo que realizan y por su puesto de vestir bien, porque tienen que imponer su imagen.
La evolución del hombre y sus diferentes revoluciones tecnológicas han creado un afán por la destrucción de los principios, por el aniquilamiento de las sanas costumbres y por la generación de una cultura de anti valores que solo puede estar soportado por los cambios tecnológicos. Siendo así, el hombre necesito de la moda para demostrar su desnudez, de los medios audiovisuales para demostrar abiertamente su egoísmo y desprecio por la vida. Lo que se supone crea para dar libertad de sus quehaceres, en realidad es antagónico a lo que vive, porque con más comodidades más trabaja para poderlas obtener sin medir precios ni consecuencias, y entre más tiene menos satisfecho se encuentra. Y sigue pidiendo: ¡Dame un poco de tiempo!
Teniendo la oportunidad de ser dueño de lo que tiene, el ser humano prefiere ser un vil siervo por lo que trabaja. La ropa así lo demuestra, una prenda delicada que hermosea el cuerpo es usado como un objeto de seducción que despierta las más oscuras pasiones.
La música, que transforma el aliento de vida de muchas personas, en el modo y forma de comportarse, crea monstruos sociales inadaptados, con atuendos perturbadores, tatuajes y joyas de poco valor que desfiguran el cuerpo, y espantan las normas de convivencia. Pero hay que aclarar, no es que sea la música la que perturba al hombre, sino que es la bajeza del pensamiento humano lo que desdibuja el buen sentido de este arte.
Pero ¿qué alternativa hay para una sociedad perturbada y que perturba?, Hay que definir hábitos sanos que enriquezcan la vida personal, familiar y en comunidad. Ante un pensamiento decadente, se deben generar ejercicios que contrarresten los efectos nocivos de la presente comunidad, tal como dice Pablo: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”
Una adecuada forma de pensar, crea hábitos sanos, lo suficientemente fuerte para cambiar una sociedad, como se pudo ver con la sometida Sudáfrica, en Corea del Sur y en muchas sociedades más. En el caso de Sudáfrica, una simple frase: “después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar” , motivo a su líder a continuar y levanto una nueva generación dispuesta a ser diferente a sus antecesores, mitigando el odio y el racismo.
Una persona que cuida su mente y los pensamientos que pasan por ella no decaerá jamás, sino que estará firme en medio de la crisis, y si los vientos de la tempestad son abrumadores, los cimientos de sus creencias no le permitirán andar errante y sin fruto. Su pensamiento modificara el vestuario, el uso de sus recursos, la manera de vivir, mejor dicho, le cambiará el caminado.

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