domingo, 12 de febrero de 2012

EL ARTE COMO CONSTRUCCIÓN DEL ARTISTA

ABSTRACT: Fundamentalmente el arte en el siglo XXI, es una transformación del ser, una manera en que el artista se construye cada vez que realiza una obra. Lo que lleva a cuestionarse el papel de las reglas establecidas y el valor que tiene romperlas para entender el mundo que nos rodea. En este punto, la enseñanza del arte se vuelve complicada, está en el profesor incentivar la creación de nuevos estilos, pensando no en lo que dice el exterior, sino como el artista refleja en sus obras lo que ve y siente del exterior.

Por LAURA MARCELA GARCÍA CORTÉS

Ha habido muchas maneras de ver el arte con el paso de los siglos que llevan consigo muchas reglas y estilos, pero parte fundamental para el siglo XXI es romper con lo ya establecido y dar al mundo nuevas visiones del mundo, ya que de eso se trata, poder ver el mundo a través de los ojos del artista con sus obras. El arte se toma como un proceso donde el artista busca “elaborarse, transformarse y acceder a cierto modo de ser”.
Para un artista, realizar obras, cualquiera que sea su disciplina sea música, pintura o la actuación, debe sentirse como un momento liberador, donde éste se encuentra consigo mismo, y tiene momentos de reflexión para valorarse y valorar el mundo que lo rodea. Casi debe ser una limpieza interior asociado con lo que dice Zandra Pedraza “La limpieza consiste en separar o quitar sin tardanza de nuestro cuerpo, de nuestras habitaciones, muebles, enseres, vestidos y ropas, el polvo, las manchas, las inmundicias, y en general, todo cuanto deslustra, afea o deteriora dichos objetos” , donde saca todo lo que puede abrumarlo (incluso todo lo que en ese momento está abrumándolo), para transfórmalo en una obra.
Dicho lo anterior, la enseñanza del arte se convierte en un gran reto, siempre lo ha sido pero notablemente lo es más ahora, porque antes se seguían unas reglas según la época en la que se vivía y si se hacía algo diferente, el autor de las obras era puesto en vergüenza y en ocasiones hasta se le trataba de endemoniado u otros adjetivos que desaprobaban su trabajo y se recibía un fuerte rechazo en la sociedad. Hoy en día, aunque también hay rechazo para algunos estilos artísticos, se está en una sociedad más libre, por tanto el regirse a normas está pasado de “moda”, entonces, ¿Cómo enseñar arte en éste siglo? No se puede poner todo escrito, por lo menos en el caso de la música, como dice Carolina Santamaria “la música es un arte performativo, que se nutre de las transmisión oral maestro-alumno” , entonces está en el profesor incentivar la creación en los estudiantes, sin ningún tipo de reglas, que sea el artista el que se las planteé, no el exterior.
Si bien es cierto, que para crear hay que haber conocido el trabajo de otros artistas representativos de muchas épocas, así como haber imitado sus estilos, en el siglo XXI, se busca crear estilos propios, ya sea tomando ideas de varios artistas o creándolas, se trata de “mostrar cómo el individuo se construye a sí mismo” , se trata de un descubrimiento de la persona en cada obra, porque empieza a entender el mundo que lo rodea de una manera diferente.
Cada vez que el artista realiza una obra, y se siente satisfecho o satisfecha de lo que hace, ya ésta esté terminada o no, adquiera la experiencia de saber cómo hacer o no sus siguientes obras, cosa que no pasa cuando ve a otros hacerlas; “La experiencia de otras personas no puede aprenderse verdaderamente (…) La experiencia ajena sólo puede verse como una historia procesada, interpretada según los otros vivieron” , el profesor debe hacer que el alumno empiece a enamorarse de lo que hace, pero en este siglo, seguir normas no puede llegar a funcionar en todos los casos, y al hacer cosas nuevas se aprende mucho más. En realidad, los artistas deben ser críticos de su arte, no sólo el de otros, cuando realiza obras no se trata únicamente de buscar la perfección de sus obras, se trata de no estar “verdadera y plenamente seguro de lo que debe hacer” , ya que la duda también es un gran compañero en la realización de obras, lo que no quiere decir que la obra no tenga un objetivo; en otras palabras, el artista debe saber hacia qué está dirigida su obra, ya sea criticar o adornar, etc, la duda que debe existir es, si hace bien su trabajo o qué métodos metafóricos o tácitos va a usar para llegar a que el público entienda su obra (no sirve de mucho que sólo la entienda el que la hace), pero es muy cierto el decir que “toda creación ignora siempre cual será su producto final” .
Muchos artistas se han dado a conocer gracias a la creación de obras por encargo, en el caso de la música se dio mucho esta situación, lo que quiere decir que el artista no está exento a ser obligado a realizar su labor. No todos van a estar dispuestos, porque el dominio hace que la obra no sea reflejo de quien la hace, sino que sea una visión del artista a través de los ojos de quien manda, cuestión que podría tergiversar el significado del arte y del artista en sí, volviendo acá al tema de la experiencia.
Es por esto que, el arte en el siglo XXI es el conocimiento del artista a través de sus obras, es decir, que cada obra es un momento más de exploración de su ser; en el momento en que el artista hace lo mismo una y otra vez se conoce totalmente o a dejado de un lado su estado de reflexión. Romper las reglas, salir de los parámetros establecidos, es parte fundamental, porque demuestra al individuo como “ser soberano de sí mismo” , y también, así como el exterior aunque hace parte de la obra, no debe dejar de ninguna manera éste lo domine, el autor es el único dueño de su creación, por tanto sus ojos deben verse reflejados en su obra no los de nadie más.

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